María se va por un tiempo, pero volverá pronto. María San Gil es una mujer de esas que la vida da vez en cuando asombrando a todo el mundo por su coraje y valentía, pero sobre todo, por su capacidad. Mujeres que, por otro lado, se encuentran en ese rincón de España que es la Comunidad Autónoma Vasca. Mujeres coma Rosa Díez o Gotzone Mora, por ejemplo.
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Hecha así misma, María llegó a la política cuando los hijos de puta de la ETA mataron a Gregorio Ordoñez. María era su secretaria. Hay que valer y ser valiente para afrontar tal lucha desde ese momento, siempre al pié del cañón, plantando cara a la injusticia y a la barbarie terrorista, a la sinrazón del nacionalismo vasco xenófobo y racista que se da en la única parte de la Europa desarrollada donde no existe la Libertad. Hombres y mujeres como María San Gil luchan por ella, jugándose cada día su vida, una vida que, si el terrorismo no te ha podido quitar, tampoco lo hará ahora la enfermedad.
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Como militante de Jaca tuve la ocasión de conocerla en un triste acontecimiento, ojalá nunca hubiera ocurrido, el funeral de Manuel Giménez Abad, asesinado por la ETA. Ella no se acordará, pero yo sí. Nos saludó, dándonos ánimos de una manera tranquila y natural, de forma sosegada. Me acuerdo que entró una vez comenzada la ceromonia, de forma sencilla, sin hacer ruido, y se colocó por el final de la nave central de la Catedral, cerca de la puerta. Me acuerdo muy bien de su cara, y de sus ojos, y del abrazo a un compañero que no podía parar de llorar. No era el primer funeral de ese tipo al que María asistía, ni desgraciadamente fue el último, espero que Zd-ZapateroDimisión- no consiga que María deba asistir a otro. Ahora me siento en la obligación de devolverle los ánimos, así que, ánimo María, seguro que vuelves pronto, necesitamos gente como tú.
20 abril 2007
Otra chica del PP
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