¿Seguro? pues yo creo que no, que te llamas José Luis, pero vamos que estoy segurísimo de eso, de que te llamas José Luis. Seguro. Ya me puedes enseñar la tarjeta sanitaria, el DNI, el Pasaporte o la del Club de petanca Costa Dourada catalana de Cambrils, que tú, mendas, te llamas José Luis. Seguro.
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Qué cómo lo sé, pues por lógica, por pura lógica. Vamos a ver, Jose, te voy a llamar Jose, el Jose, pues vamos a ver Jose, o no, mejor Pepe, que es más español, que coño, Pepito. Pues vamos a ver, tú, Pepito, eres hijo de un Carabinero que pasó a ser Guardia Civil y que además fue colaborador con la Falange. Sí, con la Falange Española, pero no en tiempos modernos hacia la Transición o en la dura posguerra, no, nada menos que en el 39. ¿Imaginas su colaboración? Quizá gracias a esa colaboración tu mamá consiguió la regencia del estanco de Salou, de eso te debe quedar lo del bigote y también tus formas políticas, propias del 39, y que parece las has heredado cuando le dices al personal lo que debe pensar y lo que debe decir, incluso hasta el idioma que debe de hablar, Pepito. Porque a ti, José Luis, en la Casa Cuartel de la provincia de Teruel, en la que naciste, te llamaban por tu nombre católico, romano y apostólico con el que fuíste bautizado y que no era otro que el de José Luis. Y en la Casa Cuartel de Cambrils te llamaban Pepito, el hijo del de Zaragoza -manda huevos-, sí del falangista ese, y no te llamaba Josep y mucho menos Lluís ni el desgraciado que cayera por aquellos calabozos acusado de rojo anarquista, socialista o, fíjate, catalanista, vamos, eso seguro. Pero seguro, seguro. Me juego la nómina. Cambio la mía, opresora de los Països Catalás por la tuya progre, obrera y catalana, eso sí, protegida por la Constitución, Española. Es que manda cojones nene.
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Estudiaste en el Seminario de Tarragona para ser formado sacerdote, tócate los cojones, qué ibas pa cura, lo que perdió la Santa de Roma, pero lo dejaste y estudiastes filología catalana, llegando a escribir sobre Rovira i Virgili, aquel zumbao que pronunció que existía una raza catalana y, se empieza así y se acaba cambiando el nombre a sus súbditos.
Juas, que majo está de baturro y se cabreó más que un mono llamándole por su nombre. Juas, juas, juas...Pobre hombre. Pero peligroso, el 36 vuelve, brrrrrrrr. Ah y permíteme el tuteo, José Luis.
3 comentarios:
Se llama Pérez. Aquí y en la China.
Mira que el señor Carod me cae MAL, y soy catalan, pero si os molestais en pronunciar bien nombres ingleses, franceses, etc... porque no os molestais en decir bien los nombres catalanes?
Lo primero Javier, bienvenido a mi blog.
Lo segundo, a ver Javier, sinceramente tú qué dices ¿New York o Nueva York? ¿y cómo pronuncias Paris y Londres o London? Yo Nueva York y Londres y no digo Paguí -juas-, porque ni soy un puto pedante ni tengo nivel de inglés, francés o lo que te de la gana ¿y tú?
Pero vamos que ese no es el problema querido Javier. No, no lo es. El problema es que el amigo Carod se llama José Luis y está tan enfermo que se cambia el nombre por su homólogo en catalán. Hay que estar mal de la cabeza, nene. Porque tu nombre, el mío y el de Carod no nos lo ponemos nosotros querido Javier sino que son nuestros papás quien nos los ponen. No quiero ver el DNI de Carod, quiero ver su partida de bautismo y me juego lo que quieras a que en esa partida pone José Luis. Seguro. O es que ¿un Guardia Civil falangista ponía en los años 50 Josep Lluís a su nene nacido en la Casa Cuartel? Venga ya, joer. Porque además este super rojo estará bautizado, comulgado y confirmado, me gustaría saber si también se casó por la Iglesia.
Repito que ese no es el problema, eso sería algo cómico sino fuese porque ese elemento es el segundo de abordo de la Generalidad. Así que si un tío que se cambia su nombre propio por interés o tal complejo, que no se ni cómo llamarlo, es uno de los que manda en Cataluña, pues, qué quieres que te diga Javier, pues que me da miedo. Mucho miedo, tío.
La limpieza linguística es la primera que se realiza, luego viene la étnica y luego la política. No lo digo yo, lo dice la Historia y, que hoy en día alguien en España vote y defienda a unos taraos xenófobos, racistas y fascistas, me asombra.
Espero haber podido contestar a tu pregunta, ha sido un placer Javier, cuando quieras aquí estaré.
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