02 junio 2008

La crisis del PP (II)

La crisis del PP no consiste en si unos quieren quitar a Rajoy o si otros se quieren poner en su puesto; si afiliados se manifiestan en Génova 13 o si unos medios de comunicación dicen que tal y otros dicen que cual. No. Se trata, como ya he dicho, de entablar un verdadero debate ideológico dentro del partido

¿Y quién fue la persona del PP que propuso tal debate, que como digo, hace tiempo que estaba en mi mente? Pues Dña. Esperanza Aguirre -leer-, que no dijo otra cosa que eso de que por qué vamos a caer en la trampa de nuestros enemigos políticos; eso de que es malo, malísimo ser de derechas y liberal y resulta que es bueno, buenísimo ser progre y de izquierdas.


Y tiene toda la razón pero, entonces, empezó el meneo. Los periodistas, como hacen siempre -y si es el PP ni te cuento- entraron a saco: que si Zapalana tal; que si Acebes cual; que si Gallardón no se qué; que si Esperanza toma ya... Bueno lo normal. No le doy más importancia que la que tiene un titular periodístico. Lo malo no es todo eso, no. Lo malo es cuando el debate que se abre, además de forma encubierta, trata de cambiar los principios y la ideología del partido. Ahí es cuando vienen los problemas. Porque ante la pregunta de Esperanza Aguirre, Alberto Núñez Feijoo habla de esto.


Si estoy afiliado al PP desde hace 12 años es porque creo en sus principios, en su ideología. Es verdad que no coincido en planteamientos como el de la Corona o la Iglesia pero sólo son condicionantes de la política del partido a muy bajo nivel ideológico -creo-. Sin embargo, la idea de España, de ésta como Estado, del respeto a la Constitución y las leyes sí lo son. Y si después de cuatro sufridos años de zETApé y de una campaña electoral en la que la firmeza ante el nacionalismo periférico y la política antiterrorista han sido base fundamental, y fundamentada, de nuestro programa; no podemos, ahora, decir que si debemos entendernos con los nacionalistas o que si borrón y cuenta nueva con lo de zETApé con la ETA; y que, además, hay que buscar el centro reformista y el voto progre. No, de ninguna manera.


El Partido Popular es centro reformista, como dice Rajoy, pero también es centro-derecha y derecha. De igual manera es democracia cristiana y de igual forma es liberalismo. Por eso Esperanza Aguirre tiene toda la razón cuando reclama el debate de las ideas, el de los principios e ideologia. ¿Conseguirá más votos el PP desde el centro reformista y progre o desde el centro a la derecha? Pero ese debate no interesa y, entonces, resulta que los periodistas dicen que Gallardón y Esperanza se pelean por suceder a Rajoy. Se lee en los periódicos que la línea dura se desmarca. Se cuenta en las radios que la crisis es profunda y se ve en la tele que la lucha por el poder ha comenzado cuando, en realidad, se trata de saber si el Partido Popular inicia un viaje ideológico y de principios contrario a sus votantes. O no, que diría Rajoy.

Me doy un tiempo. Entiendo que Rajoy deje a un lado a Zaplana o Acebes, pero que se olvide de Pizarro, no. Trascurre el tiempo y Mariano no llama a Manolo. ¿Por qué? Hace tiempo que me lo pregunto y no me gusta. Pero me cabreo, me entristezco y me asombro cuando, Maria San Gil, ojo, hace lo que hace. Por ahí no paso. Y menos cuando resulta que Ortega Lara se da de baja del PP. Regina Otaola e Icíar Lamarain también han avisado. Algo está pasando y es algo que no me gusta porque cuando esta gente reacciona así...



San Gil, Ortega Lara, Otaola, Lamarain, son persona que llegan a la política por convicción pura. No buscan intereses de ningún tipo, ni un nombre o estatus. No. Buscan la Libertad y la Democracia. Luchan por los derechos civiles y humanos. Son personas íntegras y verdaderas. Si reaccionan así no es porque unas u otras personas dirijan el partido. No. Es porque han perdido la confianza en las gentes que hoy quieren olvidarse de ciertos principios ideológicos del Partido Popular. Si es así, es la hora de decirlo y de enfrentarse a tal problema y para eso se hacen, además, Congresos Nacionales. Valencia no debe ser el punto de partida para Rajoy sino que debe ser un punto de partida para el Partido Popular. Si queremos centro reformista y progresista, diálogo con los nacionalistas y talante zETApé, parece que Rajoy será la mejor opción. Pero, si no queremos éso, Rajoy no es la mejor opción. Lo está demostrando. Si quiere tal cosa que lo diga, somos un partido democrático ¿no?



Pero no nos precipitemos. Tiempo al tiempo. No caigamos en el enredo mediático y esperemos a los hechos, entonces, no habrá vuelta atrás.

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