Reflexionando para el 20N

Reflexión. Reflexión. Y reflexión. Años llevo reflexionando, en stand by pensando si el Partido Popular -al que pertenezco desde antes que Aznar ganara en el 96- merece mi voto y mi afiliación. El PP levantó mis dudas con episodios como el de María San Gil o sus políticas lingüísticas allá donde gobernaban. Lo último fue eso de ir de la mano de zETApé tras los comunicados etarras.

Por eso llevo un tiempo reflexionando si me quedo en el PP, si me pago el carnet del partido, o si me voy primero y, luego, ya veremos qué voto. En esta reflexión tengo claro que hoy España necesita un cambio absoluto y debería mandar al ostracismo interestatal al inútil más grande de todos los tiempos que sufrimos como Presidente. Para tal cosa la alternativa es clara. Se debe votar a quien con su mayoría vulcanice, vaporice, elimine, desintegre, elimine o borre del mapa para siempre al partido del odio y de la confrontación social que, con sus mentiras, nos ha hecho ser la cabeza del paro del mundo desarrollado y dirigirnos a pasos agigantados hacia el precipicio del subdesarrollo típico de una república socialista bananera. En este caso, la opción es clara, quien así piense debe votar al PP. Sea quien sea su candidato/os en su provincia. Y será mi caso.

La otra opción es la de aquellos que, aún pensando lo anterior, no se sienten representados por el PP. Deben pensar entonces qué opciones les quedan, el voto útil o el coherente con sus ideas. Y ahí cada cual sabrá... Pero quiero recordarles que tu voto cuenta, porque aunque no sirva para elegir a tu diputado/os provincial, tu voto se sumará al porcentaje total y para que un partido obtenga grupo propio necesita, además de 5 diputados elegidos por los resultados provinciales, una representación del 5% de los votos totales, de todo el Estado. Así que quizá ese voto violeta que habías pensado, sí valga más de lo que nos pensamos.

Después de escribir esto me quedo mejor y sé a quien votaré, que para eso soy afiliado. Después veremos los resultados. Deseo, mejor que una mayoría absoluta, una en la que se necesite el apoyo de UPyD. Un resultado así supondrá que muchos politicachos se quiten las caretas y pisen el país en el que vivimos los mortales.