Hago mías sus ideas, ya lo he dicho otras veces, así que más de un lunes recomendaré su lectura. La que sigue la leí el 7 de enero en LibertadDigital, del profesor Carlos Rodríguez Braun:
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"Leo en el suplemento económico "Negocios" del diario El País esta descripción de la ciencia económica: "La economía, que debiera ser considerada la base de la administración de la Tierra y de sus riquezas, suele ser usada como una cortina de humo tras la que se esconden intereses particulares que sólo pretenden una influencia y riqueza personal rápida y que benefician exclusivamente a los que se arropan con unos principios teóricos más que discutibles".
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Es la vieja teoría marxista de la "ideología". El asunto es raro desde las primeras palabras. ¿Por qué la economía "debiera ser considerada la base de la administración de la Tierra y de sus riquezas"? Esto se queda en la etimología de economía como "oikos nomos", la administración de la casa; y ni siquiera es así con precisión, puesto que la "oikos" remite a la propiedad privada, mientras que en esta definición se habla de "la Tierra y sus riquezas" –obsérvese que son de "la Tierra" y no de las personas.
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Después ya viene don Carlos Marx, que aseguró ser un socialista científico, y que los demás no lo eran. Ni siquiera los demás socialistas, a quienes bautizó con singular fortuna como "utópicos", el mismo nombre que siguen soportando hoy. Y ser utópico, con todo, era mejor que lo que el arrogante Marx reservaba a los que no reverenciaran su doctrina: si no eran reconciliadores de lo irreconciliable, utópicos o filántropos como John Stuart Mill, eran "espadachines a sueldo de la burguesía", como Bastiat. Ahí está el camelo que repite puntualmente El País: quien no integra la raza elegida políticamente correcta no puede buscar la verdad al igual que cualquier otro, con modestia, a tientas, como diría Popper, sino que sólo sirve a inconfesables intereses, sin espíritu científico alguno y sólo para enriquecerse rápidamente. ¡Si al menos fuera para enriquecerse despacio!
Después ya viene don Carlos Marx, que aseguró ser un socialista científico, y que los demás no lo eran. Ni siquiera los demás socialistas, a quienes bautizó con singular fortuna como "utópicos", el mismo nombre que siguen soportando hoy. Y ser utópico, con todo, era mejor que lo que el arrogante Marx reservaba a los que no reverenciaran su doctrina: si no eran reconciliadores de lo irreconciliable, utópicos o filántropos como John Stuart Mill, eran "espadachines a sueldo de la burguesía", como Bastiat. Ahí está el camelo que repite puntualmente El País: quien no integra la raza elegida políticamente correcta no puede buscar la verdad al igual que cualquier otro, con modestia, a tientas, como diría Popper, sino que sólo sirve a inconfesables intereses, sin espíritu científico alguno y sólo para enriquecerse rápidamente. ¡Si al menos fuera para enriquecerse despacio!
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Qué disparate, Señor, y en el primer periódico de España."
Qué disparate, Señor, y en el primer periódico de España."
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La que publica hoy en LD tampoco tiene desperdicio:
4 comentarios:
Bueno, este texto se merece una respuesta meditada y concienciada.
No es mi intención defender la definición de la economía dada por el País; de hecho estoy bastante en desacuerdo con dicha definición de economía o con una definición de tres renglones de cualquier disciplina: casi todas las disciplinas han tardado años en generarse, y se han extendido gracias a la acción mayormente descoordinada y utópica de aquellos que creían en esa disciplina por encima de todo. Ocurre que en la economía cierto sector de la misma, el que se maneja meramente en términos crematísticos, ha conseguido obnubilar a cualquiera que viera la economía de otra manera que no fuera en términos de eficiencia, dejando de lado a una gran parte de la comunidad económica. En ese sentido, la definición etimológica de economía como administración de la casa invita en esta discusión a abogar por algo más que el análisis coste/beneficio.
Ahora bien, la introducción pedante del término que hace el señor C.R.B. no tiene gran relación con la definición del País, y en nada más que sembrar discordia contribuye a la evaluación crítica de la misma. Con razón C.R.B protesta por la identificación de economía y el interés privado, porque esto atenta contra aquellos que tienen visiones más humanas de la economía como medio de mejorar nuestras vidas, pero aún así esto no tiene nada que ver con la definición Griega. De hecho creo que comete un error al decir que la economía sólo versa sobre la Tierra y sus riquezas; creo que la economía versa también sobre personas, ya sean trabajadores, consumidores etc; no conozco ninguna teoría económica que no tenga en cuenta la acción de las personas sobre la Tierra y su riqueza (en otras palabras, la casa-oikos también está habitada por personas).
Una vez explicada la inutilidad de la argumentación etimológica me gustaría pasar a explicar algunas cosillas sobre el último párrafo, también exento de interés o contenido. Para empezar C.R.B. separa a Marx de otros socialistas porque él era científico y los otros no lo eran. Malinterpreta C.R.B lo que fue un intento de Marx de separar la economía (porque Marx era ante todo un economista aparte de un gran sociólogo con tendencias filosóficas) como ciencia e equipararla a otras ciencias que por aquel entonces ya habían abandonado las inquietudes metafísicas que poblaban el espíritu científico inicial de la ilustración. Así pues Marx intentó establecer un método científico dialecto siguiendo las iniciativas de otros pensadores que intentaron aplicar el método científico en el mundo social siguiendo a Auguste Comte. En otras palabras, lo que Marx intentó es establecer un conocimiento sistemático de la economía y la política abandonando disquisiciones filosóficas, sin negar que estas pudieran ser epistemológicamente legítimas. O sea, que establecer que un tipo de conocimiento es más sistemático que otro no significa que ese otro no sea válido, lo mismo que la validez de la ciencia económica en nuestros días no significa que tengamos que borrar de nuestras mentes, por ejemplo, el pensamiento griego. Pero vamos, que tendría que decirle yo a C.R.B. que vivió en el siglo XIX tanto como para saber de la arrogancia de Marx (cuyos textos, a diferencia de éste, están llenos de auto-crítica, por cierto).
Y de allí pasamos a las rencillas políticas de Marx con J.S. Mill o Bastiat. Para empezar, que Marx no fuera amigo de todo el mundo no significa que eso le haga un mal economista o un mal pensador. Yo misma soy bastante admiradora de John Stuart Mill, particularmente de su encarecida defensa de la libertad de prensa, lo que en ningún modo me impide admirar la impecable lógica de Marx. Ambos autores tienen diferentes ontologías, y por lo tanto llegan a conclusiones divergentes, lo que no quita que uno pueda deleitarse leyendo a ambos (más que a este rollo de C.R.B.). De Bastiat poco sé que no sea la sátira sobre el proteccionismo económico en el que unos fabricantes de velas reclaman al gobierno que les proteja contra la competencia desleal de una fuerza de producción extranjera, osease el sol. Que tiene que ver esto con Marx no lo sé, ya que en este ejemplo Bastiat ridiculiza el mercantilismo como freno al capitalismo mientras que Marx habla de socialismo como opción al capitalismo. Como ves, las propuestas son completamente diferentes y la comparación no procede. Pero vamos, como lo único que C.B.R. observa es que se llevaban mal y que se criticaban. Pero ni eso es necesariamente negativo porque la crítica es la única manera de formar al pensador. Ahora, que tiene que ver esto con Popper ya se escapa completamente a mi comprensión. En 'La Sociedad Abierta y sus Enemigos', su obra más conocida en filosofía política (nada que ver con economía por cierto) Popper critica la idea de que la sociedad está abocada a un destino irrefutable y determinista y se vuelve contra las raíces de la civilización occidental en Sócrates y Plato, que se llevan la peor regañina, para continuar luego poniendo a pelar a Hegel, y finalmente a Marx, aunque obviamente como un producto de la sociedad occidental y cristiana, que también critica. Sin entrar en el desarrollo de la filosofía política después de Popper todavía no entiendo muy bien que tiene que ver su crítica del historicismo con el argumento de C.R.B.
Ah, pero por fin, al final del texto me encuentro el argumento: ‘quien no integra la raza elegida políticamente correcta no puede buscar la verdad al igual que cualquier otro, con modestia, a tientas, como diría Popper, sino que sólo sirve a inconfesables intereses, sin espíritu científico alguno y sólo para enriquecerse rápidamente. ¡Si al menos fuera para enriquecerse despacio!’
Eso, amigo mío es una falacia total y completa. Primero porque el fenómeno de lo políticamente correcto está embebido en toda nuestra sociedad- y mucho más allá de España (y si no mira aquí que a lo mejor te mola: www.spiked-online.com, todo son crítica sobre lo políticamente correcto); segundo porque la represión del individuo a través de discursos de control no se ejerce a través de un solo medio de comunicación sino a través de todas las interacciones de nuestra vida diaria. De hecho, eso es exactamente lo que está haciendo C.R.B. al darnos un montón de nombres que no tenemos por qué conocer y cuyos argumentos son irrelevantes en una discusión que ni siquiera explica con claridad.
Pero si que creo que haya un viso de verdad en lo que C.R.B. dice, y esto es, que ciertos sectores de la sociedad (y no necesariamente el Pais aunque a veces también) nos bombardean con información estúpida e impenitente que no estamos ni autorizados a criticar. Yo cada vez que abro un periódico me indigno y me seguiré indignando, gracias a Dios. Pero se que cada vez se tiende a una mayor corrosión del espíritu crítico que es imperdonable.
Este argumento sin embargo, esta penosamente expresado en el artículo de allá arriba: la próxima vez que sea con lenguaje de andar por casa y sin tantas referencias irrelevantes.
Muchos muchos besos
Me parece que no has entendido nada de lo que dice el profesor Rodríguez Braun.
A ver, dices textualmente que “De hecho creo que comete un error al decir que la economía sólo versa sobre la Tierra y sus riquezas; creo que la economía versa también sobre personas, ya sean trabajadores, consumidores etc;”, joer eso es lo que está diciendo C.R.B., textual “¿Por qué la economía "debiera ser considerada la base de la administración de la Tierra y de sus riquezas"?”, y eso critica, que es El País quien defiende esa teoría absurda, por eso lo compara con el “oikos nomos” y llega a decir “–obsérvese que son de "la Tierra" y no de las personas..”. ¿No leemos lo mismo, Vane?.
Luego dices que Marx es la hostia en verso y que Rodríguez Braun lo malinterpreta, pues es tu opinión, no la mía. Todo lo contrario, tú misma explicas como Marx se diferencia de otros, de todos, los socialistas. ¿Hay que discutir eso?.
Precisamente la crítica del profesor Rodríguez Braun, irónica como siempre, se nota que no lo conoces en los medios, versa sobre que Marx era un, dice él, “arrogante” que no criticaba sino que vilipendiaba a todo aquel que no seguía su teoría y, así, dice “si no eran reconciliadores de lo irreconciliable, utópicos o filántropos como John Stuart Mill, eran "espadachines a sueldo de la burguesía", como Bastiat”. Y la crítica es que eso es precisamente lo que editorializa El País, por eso saca a colación a Marx. Resumiendo, o mi teoría o sois unos tal, por ejemplo fachas, peperos, imperialistas, o unos cual, como decía Marx, irreconciliables, utópicos, filántropos u espadachines de la burguesía. Menudo argumento.
No sé por qué te cabrea tanto lo de Popper, simplemente lo cita irónicamente para referirse a “inconfesables intereses” que tú comentas, jeje, eso creo yo vamos. Lo de www.spiked-online.com, todo son crítica sobre lo políticamente correcto, te prometo mirarlo.
Para finalizar creo que el argumento está brillantemente expresado por el profesor Carlos Rodríguez Braun, te recomiendo sus lecturas con más atención y menos prejuicios, jejeje, y recuerda que el tío es siempre muy irónico, eso te lo digo yo.
Ah, y que yo también te mando muchos, muchos, muchos besos. Me encantan estas discusiones...
Yo no me cabreo con nada (y menos con Popper, que me encanta), solo que me parece que este texto mete un monton de referencias pedantes para impresionar y no para reforzar el argumento. Mi unica critica va por la manera de presentar el argumento que es penosa; ahora, cual es el argumento creo que ni se entiende. Por eso ni me molesto en criticarlo.
Yo de prejuicios nada de nada; jamas antes oi nada de este señor. Yo evaluo el comentario en su contenido y no en su procedencia.
Y que sea profesor me importa un pepino. No todo lo que escribe la gente con titulo vale la pena leerlo (yo incluida)
Je je je je
jejeje...
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