Turquía, Turquía, Turquía.

Que importante es Turquía. Importante para Europa. Importante para Asia. Importante para la tradición occidental. Importante para la tradición oriental. Siempre he pensado que Turquía es la llave del lado oscuro del Islam, la puerta hacia la modernidad, la luz en la tiniebla medieval. Turquía se encuentra en el filo de la navaja, de una navaja sumamente afilada y con tendencia a la degollación de cuellos seculares y la decapitación de cabezas laicas. La "isalamización" conlleva la imposición de la ley religiosa contra la civil, la imposición del fanatismo contra el ciudadanismo, la imposición de la ortodoxia contra la heterodoxia. En fin, se trata de elegir un mismo sistema social, económico y cultura, pero entre dos modelos antagónicos. Elegir, no entre Oriente u Occidente, sino, entre la Libertad y la Democracia o entre el integrismo y la sinrazón.

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Añadamos además la singularidad de Turquía en cuanto a su situación geográfica, es en mi opinión, una paradoja paradigmática. Turquía es en sí, la unión de dos mundos, de dos culturas, de Oriente y Occidente, de la religión-en este caso Islam- y el laicismo, pero es asimismo la unión física de dos continentes, de la llamada "Vieja Europa" y del "Oriente Medio, o próximo". Casi ná, nene. Por eso es tan importante lo que está pasando en Turquía.

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Espero que no corra la sangre, espero que la crisis se salve gracias a la gestión política y espero que las armas no quemen su pólvora pero, el río baja revuelto. Actúa el Tribunal Constitucional porque el Primer Ministro quiere ser Presidente, el ejercito avisa que es "un incondicional defensor del secularismo" mientras cientos de miles de personas se manifiestan pidiendo laicismo, pero se detienen a 580 manifestantes del 1º de Mayo. En fin, mala cara tiene el enfermo. Le deseo lo mejor, una pronta recuperación, por su bien y, por el nuestro.