Me encanta el Tour, otras veces ya he hablado del ciclismo, pero es que el Tour es lo máximo. Ver esos esfuerzos titánicos me alucina. Cuando puedo me escapo a verlos, si pasan cerca, este año no he podido y justo cuando la etapa reina pasaba por aquí al lado, cachis la mar con lo chulo que es. Además me gusta porque en el Tour ves la lucha entre los proletarios del deporte, los ciclistas. Denostados, vilipendiados y machacados por sus propios equipos, federativos y, sobre todo, por la prensa que s la principal culpable de toda la mierda del dopping. Me explico, está claro que el que se mete es el responsable y el culpable. Caña. Pero es triste ver como los buitres con la acreditación de la P mayúscula tiran carnaza al campo del ciclismo para crear polémica con la que vender periódicos y abrir titulares de radio y televisión. Patético. Yo me pregunto por qué no hacen lo mismo con los positivos de otros deportistas y deportes, sin ir más lejos hoy mismo se ha descubierto el dopping de la plusmarquiista mundial de los 800 metros. nadie ha dicho ni mú. Punto. Bueno alguien sí, se lo he oído comentar a Javier Ares, en Onda Cero y es que siempre que hay ciclismo lo sigo con el pinganillo en la oreja y la narración de Javier Ares que creo que es el mejor en ello..."las espadas están en lo alto, suenan las trompetas anunciando zafarrancho en las cumbres míticas de los Pirineos como el Aubisque y el Marie Blanc...".
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Además este Tour me ha descubierto a un gran corredor, a un joven español que ha luchado como los de antes, me recuerda a Perico -mi ciclista preferido-, y que mira por donde se va a vestir de amarillo. Es Alberto Contador claro, que me ha vuelto a hacer vibrar con ataques al líder faltando 5 o 10 kilómetros. Sí señor, quiera o no, Maillot Amarillo. Ahora a luchar en la crono del sábado, que será dura y suerte. Será un merecido campeón del Tour de Francia.
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