Hace hoy justo seis añitos volábamos hasta Venezuela, aterrizando en Caracas, de allí a Isla Margarita, para desconectar con el frío del invierno pirenaico y calentarnos al sol del Caribe venezolano. Isla Margarita es una de las últimas islas de las Antillas y en realidad es la unión de dos islas mediante un istmo que da lugar a una gran laguna llamada "La Restinga" y formada por manglares que tienen la particularidad de acoger gran cantidad de ostras, de ahí el nombre de Margarita, que del latín perla sería su primer significado -eso nos contaron aunque me parece que lo del latín es un rollo-. Allí pasamos unos fabulosos días entre playas de palmeras y arena blanca, pelícanos, iguanas y tucanes, ron venezolano -o aguardiente como allí dicen- y con las que preparaban unos deliciosos cócteles margaritas y caipiriñas, paseos en barco, buceo entre corales y deliciosa langosta a pie de playa. En fin, unas buenas vacaciones.
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También visitamos Caracas, con un guía por si acaso ya que la inseguridad de la capital venezolana mantiene índices de criminalidad más altos que Río de Janeiro, Bogotá o Medellín. Tanto en la isla como en el continente pudimos darnos cuenta del aprecio que los venezolanos y otros americanos, como algún colombiano con el que mantuvimos una buena relación, tienen hacia los españoles, con quienes les gusta mantener largas charlas y disfrutar de su compañía de forma desinteresada y verdaderamente amistosa.
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"De la Madre Patria" nos gritaban cuando les decíamos que veníamos de España. Aquellos días ya nos percatamos de lo que el pueblo venezolano, de lo que la gente de a pie, pensaba de quien, D. Federico llama "el gorila rojo", que no es otro que el militar militarista Chavez, a la sazón comandante ex-golpista y al que entonces los periodistas progres españoles nos lo vendían como luchador por la Libertad, el proletariado y los indígenas. Ya entonces, recuerdo perfectamente lo que oíamos en nuestro viaje, me acuerdo de una conversación entre el guía y una señora de una tienda de antigüedades de Caracas al ver el noticiario en la televisión:
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-Éste nos lleva a la ruina, querido, ¿qué le parece? se compró un avión para sus viajes.
-Sí señora, sí, pero lo pagamos nosotros.
-El muy sinvergüenza y el pueblo pasando hambre, pero qué se creerá este fantoche.
-Va a haber problemas de enfrentamientos ¡eh! se está poniendo muy mal la cosa.
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Eso fue en el año 2001, dos años después de que "el gorila rojo" llegara al poder en Venezuela, me gustaría oír hoy a aquellos amigos del barrio de "El Hatillo" de Caracas, seguro que agradecen que alguien le haya dicho al "gorila rojo": " ¿Por qué no te callas?".
Pinchad en las fotos si os queréis reir un poco...
2 comentarios:
Ja ja ja, las fotos
Ja
Joer me estoy volviendo monárquico, o al menos juancarlista, hosti tú...
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