Lo he sentido muchísimo. Como aficionado al deporte que soy y en especial al basket, me ha dado mucha pena la muerte de Andrés Montes. Revolucionario, maestro, personalísimo, genio, inteligente, superdotado que no dejaba indiferente a nadie. Su estilo fue único en la manida televisión de los últimos años, toda ella podrida y encorsetada por unos patrones políticamente correctos, aburridos, vulgares u horteras.
Andrés Montes me recordaba mucho al gran maestro de las retransmisiones de basket: Ramón Trecet, otro genio. Ambos tenían un estilo parecido, claramente importado de los EE.UU., y ambos amaban y aman el baloncesto y eso se notaba en las retransmisiones. Los dos, quizás más "el negro" Montes, comunicaban de una forma bestial. Trasmitían emoción a raudales y sabían de lo que hablaban, además daban espectáculo. Andrés Montes fue más allá, creó un estilo propio tan diferente y único que inventó un nuevo lenguaje tan popular que estoy convencido que alguna de sus acepciones llegarán al D.R.A.E.
Porque hoy todo el mundo sabe gracias al "negro" Montes qué es el tiki-taka; qué es un jugón; qué un pincho de merluza o un chapazo; o qué una pedrada Vilma. O quién es un raza blanca tirador; o quién es E.T.; o el vuelo 23 de aerolineas jordan; o Gepetto. Todos sabíamos cuando venían los indios o cuando uno era un crack. Además los motes de Montes eran la leche: Rodolfo Valentino (Pat Riley); E.T. (Pau Gasol); Chocolate blanco (Jason Williams); Mr. Catering (Calderón); Ricky Business (Ricky Rubio); Mojo Picón (Sergio Rodríguez); Multiusos (Garbajosa); Espartaco (Felipe Reyes)... Tantos y tan buenos ¿Os acordáis? Y sus onomatopeyas: Ratatatatatatatata; Burrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr... Grande Montes. Grande.
Tu humor inteligente ha sido único Andrés. Descansa en Paz allí donde estés porque gracias a gente como tú la vida puede ser maravillosa. Como tú decías que suerte haberte conocido, Andrés...
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